viernes, 25 de enero de 2013

Hablando sola.

Siempre han dicho de mí que soy muy habladora, comunicativa, sociable y, alguien habrá pensado, que algo charlatana. El otro día comenté que muchas veces pienso en ello y me sorprendió lo que dije: "hablar mucho, para mí, es como una defensa, un mecanismo que he desarrollado inconscientemente para que no me pregunten", y funciona. Si se habla mucho y se cuenta "todo", ya no hay interés y no se pregunta. Prometo que no me había dado cuenta hasta el momento en que lo dije. Es más, siempre me he sentido culpable de hablar tanto. He desarrollado tantas murallas y tantos mecanismos de defensa para ocultarme, esconderme y protegerme que, ahora, es tarea muy complicada conseguir derribar todo eso para poder encontrarme. Lo he hecho tan bien, que me será muy difícil llegar donde yo estoy. Y digo más, con el único objetivo de salvar y cuidar a mi familia de "antes", ahora tengo otra. Olvidé, oculté y renuncié al amor que necesitaba por amor a mi "familia". Lo hice por seguridad y aún lo hago.
De niña, siempre hablaba sola y no escribía por miedo a que se supiera y me encontraran. Ahora escribo, que es lo mismo que hablar sola.



miércoles, 16 de enero de 2013

Amor, amar

Qué es amar o amor?. Hay quien dijo que amar es un arte. Si es así, hay tantas formas diferentes de amar como personas existen en el mundo. El amor no es algo que se aprenda, más bien, es una capacidad que hay que desarrollar. El amor es un sentimiento que, como todos los demás, tiene una función que cumplir para la supervivencia del ser humano. La Naturaleza nos da un cuerpo dotado de todo aquello que necesitamos para subsistir. en él también existen los sentimientos y las emociones que, en definitiva, forman nuestro instinto para relacionarnos con nuestro medio. El amor, por su propia esencia, no es sinónimo de bondad, generosidad. También, es lucha, coraje, fuerza y, muchas veces, nos trae el dolor. El amor no es una emoción, es algo mucho más profundo e íntimo. Amar no es querer. Nos nos pueden enseñar a amar, nos enseñan a querer. Aprendemos la técnica de poseer a aquellas personas que nos interesan o les interesamos. El amor es nuestro instinto más animal, el más ligado a la Naturaleza, cuya única función es la de proteger y cuidar todo lo que nos ha dado. El amor no sólo existe en las "buenas personas". El amor es la fuente que nos da la vida, es la vida y cuando intuimos que nos la pueden quitar o perder, sacamos otros sentimientos para mantenerla. Hay veces que la defendemos con uñas y dientes.

Estoy escribiendo todo esto porque estoy buscando mi arte. Tengo la capacidad de ver y reconocer el que tienen otras personas. Aquello que saben hacer por naturaleza. Pero no encuentro el mío y, digo yo, que lo tendré, no?. Cuando no es arte pero lo parece, lo noto, porque sólo es aprendido para conseguir algo. El arte es como el juego, tiene sentido en sí mismo. Porque el arte es aquello a lo que, aunque llueva, truene, venga un vendaval o creas que se puede acabar el mundo, te aferras y te sientes a salvo. Porque amas lo que eres. Entonces, tendría que preguntarme: quién soy yo y qué sé hacer por naturaleza?.
Llevo tanto tiempo luchando y protegiendo mi vida que no me he parado a nada más. Mi único objetivo, en mucho tiempo, ha sido buscar la seguridad de mi familia y la confianza en mi. Pocas veces ha salido el amor. Lo describo para poder reconocerlo, porque lo conozco, sólo es que se me olvidó.


No he encontrado mejor canción para acompañar a esta entrada :)

Esta canción va dedicada a quienes busquen al amor

martes, 8 de enero de 2013

Resistir es aguantar hasta aprender.

Aquí estoy, resistiéndome. Hay tres estados permanentes en mí:  la que quiere, la que no puede y la que se resiste porque no sabe. Así que, me queda sólo una opción, aprender.

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Cada vez pido, exijo y deseo menos. Pero cuánto más bajo, más difícil es conseguirlo.

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Últimamente me dicen que estoy muy guapa. Hace poco me encontré con alguien y me dijo: "perdona, Milagros, que no te saludara el otro día, es que estás tan guapa que no te reconocí". Así fue, os lo podéis creer?. Yo, cuando me miro al espejo, sólo veo a una desconocida de ojos muy tristes que echan mucho de menos. Puede ser que eso me haga aparecer guapa y que yo ni lo vea ni lo sepa. Gracias.

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A veces, me gustaría tener una tecla en mi mente para que todo lo que piense, dándole a ella, lo grabe y lo guarde. Es que me ocurre que, cuando voy por la calle, siempre lo hago pensando. Ésto puede ser peligroso, porque voy tan concentrada en mis pensamientos y tan preocupada en que no se me olviden, que me he llevado más de un susto. Al ir andando, no puedo escribir en mi cuaderno y tampoco en mi ordenador. Menos mal que no he aprendido a hacerlo en el móvil. Tengo una gran necesidad de expresar todo lo pienso y siento.
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El lugar que más me inspira, para escribir, es La Estación, sin lugar a dudas. Donde más pienso, sin escribir, es en la calle. Sobre todo, en mi camino hacia La Estación. En mi casa me cuesta, pero lo hago, con más esfuerzo eso sí. En ella, suelo reposar mis pensamientos y lo que escribo lo miro y, si lo veo conveniente, lo comparto. Siento, muchas veces, que ese lugar, fuente de inspiración no sólo para mí, puede desaparecer. Escalofríos me dan al pensarlo. Y aquí me veo, resistiendo. Porque resistir es aguantar hasta aprender. Lo que sea, porque sólo aprendiendo podrás decidir y elegir. Es el camino hacia la libertad. Resistir es haber llegado a la puerta, que se abrirá, si ella considera que has aprendido. En la mayoría de los casos, te va a exigir que desaprendas lo conocido y así ver otros caminos, porque lo que hay detrás, estoy segura, es un mundo desconocido. Como ese al que llamamos "otro mundo mejor es posible". Menos mal que la Esperanza siempre está conmigo. Mi fiel amiga y compañera. 

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Cuando siento, ante una determinada situación, que algo se me revuelve por dentro, es que algo no bueno va a pasar, lo huelo. Si me equivoco, no tengo ningún miedo a rectificar, sería lo mejor. Pero el instinto es avisor, nunca traidor. Sólo previene, por si acaso.





lunes, 7 de enero de 2013

Buscando entre mis recuerdos

Ya pasaron las Navidades. Recuerdo que de niña me gustaban. Más tarde, se convirtieron en una responsabilidad, sobre todo, por los compromisos familiares. Tuve un tiempo en que no significaban nada, las dejaba pasar. Pero éstas, las he sentido como alfileres que me pinchaban por dentro. Al principio me rebelé, sintiendo algo de rabia a medida que se iban acercando. Pero una vez que llegaron, me atrapó la tristeza. Nunca me había sentido tan diferente e indiferente a lo que me rodea. Un bloqueo emocional e intelectual apareció en mí. Hoy, me he puesto a escribir al sentir que un trocito se me está muriendo o ha muerto en mi interior. Quizá, ya lo estaba desde hacía tiempo, pero ha sido la tristeza la que me ha hecho reconocer el dolor de la pérdida y el duelo para aceptar  la posibilidad de que no vuelva.
Me refiero a mi niña, a la que llevo buscando hace mucho tiempo. Ha habido veces que he creído encontrarla, pero de nuevo desaparecía. En algún momento he pensado que la veía. Vivió su mayor esplendor con el nacimiento de mi hija, al recuperar mi alegría, mi ilusión y mi confianza. Se quedó un tiempo y volvió a desaparecer. Recuerdo cuando un amigo, hace mucho, me dijo: "tienes que sacar a pasear más a menudo a tu niña". Hasta ese momento no tuve conciencia de que madurar no significa olvidar tu infancia. Casi ignoraba que la hubiera tenido. Desde entonces, cada vez que intuía su presencia me distraía, le tenía miedo. Sabía que el dolor y la culpa vendría acompañando a su ilusión y alegría. Quería ser una mujer, no una niña herida.
Hace algunos años, no muchos, cuando casi ni me acordaba de ella, me volvió a visitar. Esta vez no me importó demasiado y la quise disfrutar, estaba feliz. Al poco tiempo, algo ocurrió en mi vida, murió mi madre, y sentí como la niña se liberaba sin aceptar límites, sentía la necesidad de contarme el porqué sufríamos las dos. Su dolor caló hasta mis huesos haciéndolos crujir. Necesité ayuda para aprender a convivir con ella, casi lo consigo. Pero no, no pudo ser y cada vez la sentía más debilitada y menos atendida, se me iba. Ahora, presiento que se me ha ido, no encuentro su rastro. Estas Navidades ha desaparecido y no sé si para siempre.
Cuando leo lo del tornillo´y el vacío que escribí, tengo la sensación de que no lo ha hecho voluntariamente porque son la prueba de que algo le ha sucedido. Sin ella, no podré completar el motor que me dirige.



miércoles, 2 de enero de 2013

El vacío y el tornillo

Como alguna vez he oído decir: "lo último el suicidio". Vale, pero no prometo nada. ¡Anda, que he empezado bien el año!. Voy a darle la vuelta con otra frase: "lo que mal empieza, bien acaba". Así que, a esperar, mucha paciencia y a seguir caminando hacia delante. Por supuesto, lo último que haría es perder la Esperanza.
No sé qué hago mal, pero algo no sale bien y debería salir. Siguen si cuadrarme las cosas. Algún cabo suelto dejo, estoy segura, pero no lo veo, sólo lo siento.Hay en mí alguna pieza que no encaja. No sé si es porque no encuentra su lugar o porque me sobra. Es como cuando desmontas el motor de una máquina para arreglarla y, cuando crees que ya has terminado, te das cuenta de que faltan o sobran piezas. Le das para que arranque, y arranca. Pero oyes, sientes el chirrio y no te gusta porque intuyes que algo no va bien. Entonces, miras el vacío de la pieza que falta y observas la que te sobra. Y cuando quieres unirlas, no encajan. Te dices: "algo has puesto en donde no era su lugar o has trastocado alguna pieza".¡No quiero ni pensar que tenga que volver a desmontar!.Porque me da miedo no tener tiempo y.....¿si encima lo vuelvo a hacer mal?. 2013, presiento que me vas a hacer trabajar mucho y duro. Me asusta no tener fuerzas para volver a empezar.
Cuando miro  la pieza que me sobra, es como un tornillo antiguo, viejo y grande (en este momento se le acaba la tinta al boli con el que me gusta escribir.....será una señal?). Miro al vacío de la pieza que falta, es nuevo y más pequeño. Lo antiguo y grande con lo nuevo y pequeño, no encaja. Y si achico el tornillo o agrando el vacío?. Y si sólo es cuestión de probar?. No quiero volver a empezar, todo lo demás está en su lugar!. Por qué hay un vacío joven y un tornillo viejo?. Lo que menos me gusta es el tornillo, pero sé que en él está la clave.

Qué función tiene el tornillo?. Para qué sirve?

Mirando la función que tiene el tornillo, he recordado a la tuerca y lo que yo llamo vacío, es el agujero.
Su función es la fijación de unas piezas con otras y siempre trabaja asociado a un orificio roscado. Los tornillos permiten que las piezas sujetas con los mismos puedan ser desmontadas cuando la ocasión lo requiera. 
Tendré que desarrollar un poco más esta entrada. Algo me estoy diciendo, pero aún, no lo logro entender.
Me he ido a la ducha y he seguido pensando. Ahora sé porqué en el tornillo está la clave.
Según su definición, sirve para fijar y unir piezas, no?. El tornillo me está diciendo que no es que él sobre. Está ahí para recordarme que me faltan piezas, las que tiene que unir y fijar. Es viejo porque lleva mucho tiempo esperando a que yo lo viera. Me mete prisa para que las busque, se está oxidando. Aunque es grande y de hierro, el tiempo que no el uso lo está deteriorando. Dónde estarán esas piezas que cubrirán el vacío con la intervención del tornillo viejo??
Cuando escribí esta entrada no pensé que se podría relacionar con ese dicho que dice: " A esta persona le falta un tonillo". Siempre es una frase que hace referencia a personas "algo locas". Que no tienen un comportamiento muy adecuado, incluso desproporcionado, ni una forma de pensar normalizada. Pero como casi todas las creencias, dichos y frases populares, algo de sabiduría contienen. La parte negativa que representan, es la generalización. La forma repetitiva que tienen para afianzarse las convierten en creencias inapelables. El tornillo lo encontré y me dice que hay piezas en mí que necesitan fijarse, unirse, afianzarse. No es que no estén, están, pero andan sueltas, no están bien sujetas.
Todo empezó al ver una película, que no recuerdo su nombre. Ah, sí "El coleccionista de huesos". En ella aparece un tornillo como prueba para resolver los asesinatos. Ahora sé, me he dado cuenta, de porqué el tornillo es viejo, pero fuerte, resistente y de hierro. También de porqué mi vacío es nuevo, pequeño, yo diría que muy joven, una niña. El tornillo es la prueba de que algo le ocurrió a esa niña hace mucho tiempo, la mataron y su lugar quedó vacío. Continuaré, ahora no puedo. Necesito pensar más....
Estoy de nuevo aquí, quiero acabar. Estoy hecha un lío, pero no voy mal encaminada, lo sé. A ver, lo primero que se me ocurre es que hay que cubrir ese vacío con las piezas adecuadas para una niña pequeña. Tienen que ser sencillas y bastante básicas. Para ello, mi instinto, mi Naturaleza, mi maestra me dice que me tengo que preguntar: Qué piensa una niña de corta edad?. Qué necesita y cuáles son sus intereses?. Cómo son las piezas de una mente infantil?. Y qué siente?. Quizá si respondo a esas preguntas iré encontrando las piezas que me faltan y le daré uso al tornillo que tanto tiempo lleva esperando. Lo intentaré. También sé que para buscarlas tengo que meterme en su piel y volver a sentir y vivir lo que ella pasó. Me da mucho miedo.