domingo, 2 de noviembre de 2014

El Sentido de La Vida

Empecé el cuaderno nº 6 un 19 de Abril de 2014, y empezaba así: Hoy me siento más rara y más extraña....

Dicen que las casualidades no existen, todo ocurre por una causa. Y yo digo, que en tí está si la aprovechas o no, porque toda causalidad es una oportunidad.

Y un 19 de Octubre de 2014, causalmente, empiezo a escribir así:
Hoy me siento más rara y más extraña. Hoy siento como si algo dentro de mi se fuera transformando. Me estoy alejando de algo o, más bien, me estoy desprendiendo de algo que me fue útil en su momento, pero ahora, con su ayuda, voy construyendo algo mejor dentro de mi. Quizá, estoy mejorando como persona y ser humano. Mis miedos, mis inseguridades, mis enfados y mis enojos los siento de otra manera. Tengo más conciencia de ellos y de aquello que los provoca para que salgan.

Por recomendación facultativa, me leí un libro cuyo título es: En busca del sentido de la vida. Es como una autobiografía de un doctor en psicología que, junto a toda su familia, estuvo en un campo de concentración nazi. Y de como sobrevivió a tanto dolor y castigo sin justicia alguna.
Al levantarme, esta mañana, me he acordado de él, porque he pensado que, muchas veces, las personas que pasamos por situaciones extremas y traumáticas sólo tenemos dos salidas para sobrevivir: buscarle sentido a la vida y a todo los que nos ocurre o morir. No es luchar, es dejarse llevar y sentir que todo eso nos ocurre como una oportunidad. En estos casos, no es la mente la que dirige, es el cuerpo el que manda y ordena por necesidad. Volvemos a los instintos más primarios o primitivos para sobrevivir. Cuerpo y mente se tienen que aliar respetando los espacios que cada cual necesita para que la persona siga viva. De ahí esa famosa frase: Hago lo que me pide el cuerpo. O cuando nos dice: Tienes el estómago vacío, come. Para curar cualquier herida, ya sea emocional o física, hay que oír a nuestro cuerpo y darle aquello que nos demanda. El papel de nuestra mente, en estos casos, es la de relajarse y no pensar demasiado para dejar que nuestro instinto actúe. Nuestros pensamientos deben quedarse en estado semiinconsciente, como en los sueños o durmiendo, para poder liberar todo los que nos hace daño. Uno de los primeros pasos para la curación es el perdón. Pero no es perdonar a quienes nos hicieron daño sin motivo ni razón, es perdonarnos, teniendo la certeza de que ese daño no lo merecemos. La rabia y la ira no es más que una proyección de la que sentimos hacia nosotros y nosotras, porque cuando nos hacen daño a quien primero culpamos es a una misma. Y solemos pensar: Por qué confiamos?. Por qué no nos dimos cuenta?. Qué hemos hecho?. Nada, no hicimos nada, simplemente nos ocurrió. Pero también podemos preguntarnos: Por qué a mi?. Dicen que la Naturaleza selecciona a quienes son más fuertes para garantizar la vida. Todas las personas estamos expuestas a situaciones de peligro y riesgo, y cada una responde según sus recursos. Quien sobrevive ha ganado una batalla que le hace más fuerte, porque la fortaleza reside en todo aquello que nos va acercando a la Verdad, al sentido de la vida. La culpabilidad nos debilita, por eso la echamos fuera, para sobrevivir. Así, proyectándola, podremos aguantar un tiempo, pero, tarde o temprano, los dardos que echamos se volverán hacía ti. Y el único escudo que te va a proteger de ellos es el perdón.
Perdonar no es aceptar el daño que nos hayan hecho, es aceptar que no lo merecemos. Perdonar no es evitar responsabilidades, es asumirlas para transformarlas en posibilidades. Perdonar no es olvidar, es regresar después de haber vivido una experiencia.

"El arte de vivir, como lo entendía Proust, no significa llevar un estilo de vida fabuloso, sino que consiste en encontrar el valor y el sentido de nuestra vida a pesar de las circunstancias, y no a través de ellas. Vista de esta forma, la infelicidad productiva representa una manera de vivir bastante buena".

Parece que el frío se va acercando, aunque yo no lo lleve muy bien. Pero eso significa que se va alejando el feo. Así que, si hay que elegir, que se aleje y se vaya el feo y bienvenido el frío que hace que se aleje y se vaya el feo. No hay mal que por bien no venga (aunque hay gente que dice que es al contrario) y que para presumir hay que sufrir.No sé muy bien si lo que me digo se corresponde con lo que escribo, pero algo me dice que vamos por buen camino. Fuera el feo, ya sea por un rabo de nube o por una escoba. ( Ésto lo escribí el día 31 de Octubre de 2014. Es lo más absurdo que he escrito en mi vida, pero me gusta. Salió solo, sin más, como si estuviera pintando un cuadro, dejándome llevar y recordando las pinturas de Dalí y la canciónes de Silvio y Los Sirex).







No hay comentarios:

Publicar un comentario