miércoles, 9 de mayo de 2018

Relatos cortos

Como ya dije, hace más de tres meses, estoy asistiendo a un taller de narrativa. Está organizado por la biblioteca municipal del pueblo que me acoge, pronto hará cuatro años que resido aquí. La duración de este taller es la de un curso completo, comenzamos en septiembre y terminamos en junio. Es de una sesión a la semana, cuyo horario es de cinco, de la tarde, a ocho, hay veces que salimos un poco más tarde. Quienes participamos en él, formamos un grupo de unas diez o doce personas. Comencé a ir a este taller en marzo de 2017 y, este año, lo haré completo. Cada semana, nuestra coordinadora, María, nos manda escribir un relato corto, no menos de 500 palabras ni más de 1000, tanto si nos pasamos como si no llegamos, no pasa nada. Se nos pide brevedad porque cada integrante del grupo tenemos que leer aquello que hemos escrito. Bueno, cuento todo ésto porque me apetece compartir en mi blog algunos de mis escritos. He ido mejorando poco a poco, al igual que, también, me libero de alguna manera. El primero que voy a subir es el segundo que escribí. Tengo que decir, que me hice un lío, no entendí, muy bien, lo que María me pedía. Pero en él explico mis razones de por qué me gusta escribir, y escribo. Sigo adelante, e intentando hacer cosas que aligeren, y embellezcan, mi camino.

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