lunes, 8 de diciembre de 2014

El Tiempo


No sé cuántas veces me he repetido la misma historia, la mía. Pero cada vez que lo hago, recuerdo un dato más. A menudo, siento que el tiempo pasa por mí sin tocarme y, ni siquiera, rozarme, a la espera de que yo lo haga por él. El tiempo respeta a mi tiempo. No vamos al mismo son. Pasan las horas, los días, las semanas, los meses y los años, y sigo atada sin verlo pasar. Así ha sido, hasta ahora. Y,de nuevo, mi vida es generosa conmigo, deteniendo el tiempo para que lo pueda recuperar. El sabe que tengo que regresar para poder avanzar. Desde hace tres años voy marcha atrás, viviendo el tiempo que no ví pasar. Tengo que llegar al momento en donde mi reloj se paró, para volverlo a poner en marcha y poder escuchar su tic tac al mismo tiempo que los latido de mi corazón. Eso es, el tiempo y yo al mismo son. El tiempo es un derecho que no se puede violar, robar o quitar. Aún así, sucede.


No hay comentarios:

Publicar un comentario